miércoles, 24 de septiembre de 2008

El regreso de una rana.


A veces, cuando menos se esperan las cosas, aparecen (o llegan)


como hoy.




Varias veces escuché burlas hacia mi persona, les contaré.






Cuando era niña, mi papá me había regalado una Rana René. La quería más que a nada, porque me fascinaba (fascina) la rana rené.






Un día, él desapareció, y nunca más volví a saber de su paradero






Hoy, la mayoria de mis amigos saben la anécdota de la rana rené que se perdió, se dió a la fuga, y el motivo de burla, esque se dice que se escapó... Por la ventana.











Hoy en mi siestecita de las 5, cuando desperté sentí algo medio áspero que rozaba con mi piel facial, y un aliento a mosca que me bajaba hasta de la nube más espesa. Abrí bien los ojos y pude contemplar un objeto de un verde que creí conocer y unos ojos blancos y saltones.





Era él!!!!!!






Había vuelto!!!!!!!!







y entró... por la ventana.
















- René, eres tú?!!






- Sí, he vuelto de Chicago.






Disculpa si te abandoné por mucho tiempo, y sin siquiera haberte avisado.







- Son casi diez años René, si no son más.






- Lo sé, discúlpame.





- Alguna vez te he dicho la locura que tengo por las ranas?






- No, nunca.






- Yo te amo, Renesito. Te extrañé mucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la tristeza de la ausencia...
la alegría del reencuentro...

la eterna breve vida de la rana y ella... intensa y emotiva..
vuelve la rana y en lo intimo, es la misma rana.. sin un pelo menos,
digna de ser perdonada y la alegría que trae la justifica.
quiere ser amada hasta el morir

Felicidades... me lleno de emoción, uan vez más lo hiciste