Sentada en el Stgo centro, contaba el número de personas que pasaban con lentes, sin sacar bien los porcentajes... esperé por una hora, al joven escolar institutano de lentes y pelo negro, que atrapó mi sonrisa con bellos actos, y poco a poco, atrapó mi corazon a la vez.
Sin esperanzas, me fui recordando, lo bello que fue ese día... Ese veintisiete de octubre del dos mil ocho...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
que bonitos versos
Publicar un comentario