...alcanzo a reconocerla en el tumulto a través de las lagrimas del dolor irrepetible de morirse sin ella, y la miro por ultima vez para siempre jamás, con los ojos mas luminosos, mas tristes y mas agradecidos que ella no le vio nunca en tres años de vida en común, y alcanzo a decirle con ultimo aliento:
Solo Dios sabe cuanto te quise.
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